De la misma forma que Aleya engaña a la vista, Crocus al olfato y Leizu al tacto, Moksha se encarga de jugar con los efectos de sonido del escape room. Una de las principales cualidades de este sentido es su capacidad de posicionar las cosas en el espacio (su relación estrecha con el sentido del equilibrio tiene parte «culpa» en esto), razón por la que las tecnologías de sonido envolvente son muy apreciadas por el público aun de forma inconsciente. Piensa en una sala de cine, donde la disposición de los puntos de audio, distribuida por todas las paredes, ayuda a crear una atmósfera creíble.
Esta inmersión es la que creamos con Moksha. El jugador vive una experiencia mucho más realista cuando los sonidos del escape room proceden exactamente del lugar donde tiene sentido que estén (como el chirriar de una puerta o la retransmisión de un aparato de radio) o bien cuando esos sonidos «viajan» de un sitio a otro de la habitación. Imagina un fantasma que empieza a dar vueltas alrededor del grupo, haciendo ruido por las paredes o algunos objetos.
El control envolvente del sonido del escape room es una herramienta sencilla y versátil en manos de AGMA y The Master KI. Permite al game master dar pistas de una forma menos evidente que solamente hablando. Además, consigue aportar detalles únicos a cada sesión que dependen de dónde estén los jugadores o qué estén haciendo. ¿Dar un susto a algún rezagado? Nada que un buen efecto sonoro no pueda arreglar.