ESCAPE ROOM 3.0: Sentir la historia como centro de la experiencia

Candado - Circuito

Contar historias. Quizás esta sea la seña de identidad más representativa de la Humanidad, la capacidad para transmitir parte de nosotros y de lo que sabemos a los demás, en la enorme variedad de formas que hemos inventado y perfeccionado a lo largo de las eras, antes incluso de haber dejado las cavernas. Uno se siente bastante seguro de que, a día de hoy, cualquier método de comunicación que inventemos no es más que una vuelta de tuerca más de algo que ya existía. Tampoco debería extrañarnos; tanto el aprendizaje individual como el saber popular son repeticiones entre una generación y la siguiente. Según el doctor Richard Dawkins, especializado en biología evolutiva, nuestro cerebro procesa todas las unidades de información de una forma parecida a como los cromosomas replican la información genética entre individuos. De esta manera, nuestra cultura perdura en base a estos «memes» (dimensiones culturales como tecnologías, herramientas o ideas) que, como especie, nos encargamos de transmitir (El gen egoísta – The Selfish Gene, Oxford University Press, 1976).

Dicho esto, ¿es verdad que todas las historias ya están contadas? Por supuesto que no, y seríamos torpes si confundiéramos nuestra capacidad de conservar nuestra cultura con la imposibilidad de innovar. Por ello, lo mejor que podemos hacer cuando alguien nos habla de una nueva forma de contar historias deberíamos estar muy atentos: nunca sabemos de qué formas únicas y alucinantes vamos a aprender un poco más sobre nosotros mismos.

Del candado al circuito: La evolución tecnológica del escape room

Cuando oigo a alguien contar qué tal ha estado la visita a una sala de escape room me dejo guiar por un criterio: ¿cuánto de lo que está contando está relacionado con la historia? Es cierto, muchos de los aficionados a estos juegos se fijan poco o nada en ella, ya que están atentos a los detalles más prácticos que puedan ayudarles a resolverlo en el menor tiempo posible. Para este tipo de jugadores la historia juega un papel marginal. Y, sin embargo, la tendencia que vemos actualmente en las nuevas salas va en una dirección muy diferente. Por esta vez no vamos a entrar en el debate sobre la importancia de la narrativa en un escape room —ya habrá tiempo, os lo aseguro— y centraremos la atención en la pregunta que más me importa cuando alguien me habla de su última experiencia.

Hay un largo camino en la evolución de los escape rooms que nos ha llevado a este día y que nos obliga a reconocer el mérito de aquellos primeros locales, audaces pioneros que caminaban en las sombras en busca de acertar con lo que puede captar nuestra atención. Gracias a que hubo mentes creativas que propusieron los primeros enigmas de escapismo, los que les hemos seguido tenemos en nuestras manos la oportunidad de crear historias maravillosas.

Los escape room 1.0 o de primera generación contaban con medios que, a día de hoy, son sinónimos de obsolescencia: candados con combinaciones escritas en forma de enigmas lógicos en las paredes, cerraduras cuyas llaves estaban escondidas o metidas en un cajón lleno de otras llaves, etcétera. Podríamos definir este tipo de juegos individuales como embudos: canalizan el tiempo de juego para alargar la experiencia, distrayéndonos como meros obstáculos que hay que sobrepasar.

En respuesta a estas salas primitivas aparecen los escape room 2.0, una extensa clasificación que dura hasta nuestros días y que recoge la mayor parte de las que están en funcionamiento. La clave en este caso es la evolución a partir de las salas originales, añadiendo elementos de mayor nivel tecnológico, control remoto, con algunos efectos especiales incorporados y con una apuesta clara por integrar las pruebas a un hilo narrativo donde tengan sentido dentro de la historia que pretende contarse. Como resultado, hoy en día podemos disfrutar de salas de escape room donde la escenografía, las actuaciones, los mecanismos y el resto de elementos nos proporcionan una experiencia realmente inmersiva.

A las puertas de una nueva década —en la que, no nos engañemos, todos confiábamos como ese futuro lleno de maravillas— está a punto de producirse la próxima revolución en el sector del escape room; en eso consiste el concepto de escape room 3.0.

Un nuevo ecosistema: Escape room 3.0

Es difícil describir una tecnología capaz de cambiar el juego con las mismas palabras que su predecesora, así que olvidad todo lo que sabéis sobre cómo construir un escape room. Ahora, poned delante de vuestra imaginación un lienzo en blanco. En su centro colocaremos a KI, el corazón-cerebro que nos ayudará a que todo tenga sentido. A su alrededor vamos a construir un sistema de receptores y actuadores: un sistema nervioso que recorrerá toda la sala, todos interconectados y conectados a nuestro sistema central.

Subamos a la siguiente capa: cubriremos todos esos sensores y actuadores con elementos de la sala, integrándolos en el espacio de inmersión de los jugadores, preparados para dar respuesta a sus acciones. Cada elección, cada acción tendrá sus consecuencias hacia un final único que ellos mismos pueden determinar, que tú puedes rediseñar en infinitas combinaciones y que complementar con cientos de momentos únicos improvisados por el game master gracias a su sistema de control.

Ahora vamos a la capa exterior, la de interacción directa con el jugador. Introducimos una nueva manera de hacer las cosas. Jugaremos con los sentidos de los participantes y les haremos sentir. Es el caso del sonido que reproducimos a través de los dos canales de audio independientes, uno para el sonido ambiental (que podemos encontrar en las salas actuales) y nuestro innovador sistema de sonido focalizado en los elementos de atrezzo: sonido de hoguera justo donde se está emulando el fuego, el ruido de un mecanismo ancestral tras una pared de “roca” que nos dará paso a la siguiente habitación, un fantasma que se mueve entre salas… Acompañamos estos sonidos con efectos visuales también vinculados a los puntos específicos o bien dispuestos a saltar cuando un jugador lo dispare consciente o inconscientemente. ¿Más espectáculo? ¿Qué tal producir humo o fragancias en determinado momento, o una sala llena de espíritus que se mueven sin control?

Casi consigo hacer que parezca sencillo, ¿no es así? No podemos contaros todos nuestros secretos, pero quizá podamos dar varios ejemplos de qué podemos hacer con la tecnología Neuroconectada de Kaleidoscopic Interface.

Solo nos queda cerrar todas las puertas: bienvenidos al escape room del futuro, donde el final y lo que sucede lo decides tú.

Poner la experiencia como el nuevo centro

La primera barrera en el camino del creativo es la económica, que condiciona la puesta en escena prevista —materiales, dimensiones del local, etc.— a los recursos disponibles. En algún momento del proceso, el futuro propietario de un escape room será consciente de que el aspecto final que imaginó se verá modificado en contra de su voluntad, y que las partidas de presupuesto que tendrá que recortar primero son aquellas en las que su inventiva voló más alto.

Sin remedio, el centro de gravedad del escape room se mueve hacia el dinero y la experiencia sufre ese desplazamiento. Aquellos que cuenten con un mayor poder económico serán capaces de mantenerla en su lugar pero, ¿qué ocurre con el resto de grandes ideas?

Las Neuroconexiones que recorren las salas de escape room en las que KI está presente son capaces de desplegar una experiencia multisensorial, mucho más interactiva y adaptable. Gracias a la interfaz de programación, los nodos instalados pueden cambiar de función y provocar efectos diferentes, permitiendo también ajustar la dificultad del juego o modificar su comportamiento de manera inteligente para adaptarse al número de jugadores; todo al instante y sin mover nada de su lugar, ahorrando tiempo de trabajo y minimizando errores de reinicio de sala.

Una nueva manera de contar historias

Historias con múltiples finales

Como decíamos al principio de este artículo, a los seres humanos se nos da muy bien transmitirnos información y en Kaleidoscopic Interface lo sabemos muy bien; estamos obsesionados con entregar a los creativos todas las herramientas posibles para crear mejores y mayores historias evitando que las limitaciones técnicas modifiquen la historia.

Uno de los sueños dorados de todo empresario de escape room es diseñar una experiencia repetible. Solo teniendo dos posibles historias dentro de la misma sala, sus potenciales clientes se duplicarían, ¿quién no querría algo así?

Gracias al despliegue del sistema central de KI en una sala, en el que todos los elementos están interconectados, podemos generar historias con estructuras no lineales, donde el curso de los acontecimientos dependerá del orden en el que los jugadores interactúen con su alrededor, abriendo caminos diferentes en función de lo que hagan. ¿Pruebas que den respuestas diferentes en base a si los jugadores la han resuelto bien o mal? ¿Finales alternativos, escenas secundarias que pueden o no aparecer, historias que deben resolverse en más de una sesión? Por primera vez el desafío no está en otro lugar que en la imaginación del creativo. El resto lo ponemos nosotros.

Efectos especiales: sesiones «copo de nieve»

Cuando colocas la última pieza de un puzle, se inicia una grabación donde un espíritu aparece y nos da la siguiente pista. Bien trabajado puede ser un momento memorable, sin duda alguna. Visto de otro modo, siempre será el mismo espíritu, el mismo puzle y la misma pista.

Hemos conseguido elevar la calidad de los efectos especiales sin introducir elementos más sofisticados —es decir, más costosos— que los que podemos encontrar a día de hoy en una sala de escape room, y les hemos dotado de una vida mucho más activa. Además de tenerlos integrados en el mismo sistema de control como en el resto de salas, vamos a darle la oportunidad al game master de introducir muchos más efectos a su criterio, logrando afectar a los jugadores de manera más cercana, orgánica, única. De la misma forma —y nuevamente sin tocar ni una sola bombilla en la sala— ponemos en sus manos la opción de ajustar la atmósfera del juego: convertir el terror en suspense, el misterio en tensión… ¿Hemos dicho ya que el límite queda en vuestra imaginación?

Quienes ya han confiado en Kaleidoscopic Interface no dudan en el poder de controlar y rediseñar pruebas, efectos especiales, sistema audiovisual y muchos más aspectos. Brinda a tus futuros clientes una experiencia única de la mano de la tecnología más eficaz. Contacta con nosotros y te daremos asesoramiento acerca de lo que KI puede hacer en el corazón y el cerebro de tu escape room.

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